Ahora que mis mascotas tuvieron crías me puse a la tarea de
investigar cuales son los cuidados que deben de tener los hámster para no tener
que lamentar algo. Para mi sorpresa hay indicaciones muy claras para estos
primeros días, que si no las obedeciera, ocasionaría que alguno de ellos muriera.
Los hámster se guían mucho de su olfato, a tal grado que es
una de las formas en las que reconocen si alguien es de su especies es un
intruso raro. Por ello se recomienda que por lo menos dos semanas no se toquen para nada a las
crías, ya que de hacerlo, ellas se impregnan de nuestro olor y eso ocasiona que
la madre lo rechace, lo saque del nido y este muera por el frío o la falta de
alimento.
Esto puede ser muy rudo, pero suena lógico por el hecho que,
al no tener el olor de su madre, ella no lo puede aceptar porque pareciera que
fuera otra persona y no su vástago. De igual forma, nosotros, al ser hijo de
Dios tenemos un olor al nacer de nuevo pero si nos metemos en cosas que no son
propias de Dios poco a poco perdemos nuestra identidad como sus hijos. Y los
pecados hacen que perdamos nuestra relación con Dios al punto en que nos
sentimos solos y sin un propósito.
Volvamos a tener el aroma de nuestro Padre regresando al
proceso de santificación que el pecado ha interrumpido. Seamos buenos hijos y
tratemos de limpiarnos para tener el olor fragante que tuvimos en nuestro nacimiento…
en nuestro primer amor.
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