domingo, 31 de marzo de 2013

Si hubiera estado allí


“… Pensándolo más bien, yo fui el que coronó de espinas y dolor tu frente buen Señor…. Pensándolo mas bien, yo fui el que te azotó, yo fui el que laceró tu espalda mi Señor, También yo estaba allí…” Estas palabras, del canto “si hubiera estado allí” de Jesús Adrian Romero, pudieran tomarse a la ligera o pensar que es una exageración de la situación… digo ¿Quién puede decirme que fue testigo presencial de este acontecimiento?

Pero, si nos ponemos analizar todo lo que Jesucristo sufrió en la cruz, encontramos que  fue resultado de nuestros pecados lo que lo llevó a esa situación. Es como si indirectamente le hubiéramos hecho todo esto.
Imagina a Jesús, con innumerables heridas y deformado por los golpes recibidos antes de haber sido traspasado por clavos.

Frágil por el agotamiento del pleno sol. Tú estás allí viéndole y cruzan miradas. Sus ojos no desprenden ira ni enojo, sino compasión y amor hacia  ti… este momento, al parecer sangriento, es el acto más grande de amor que alguien ha hecho, y hará, en toda la historia de la humanidad.

No hay mayor amor que el que alguien de su vida por su amigo, y Jesús lo confirmó en la cruz. Él cree en ti, puso todo para pagar la deuda que tenias y te espera, en el cielo, para que estés con Él. Ese es el verdadero significado de estas fechas y la seguridad en nuestras vidas… ¡Gracias Dios por tu gracias y por el amor de tu hijo Jesús al morir en la cruz por mí!

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